El Instituto Zylphia Maxine reside en una mansión de arquitectura victoriana, muy grande y vieja, que se alza en lo alto de una pequeña colina. Le rodea un enorme jardín delimitado por grandes verjas de hierro. En primera instancia, se trata de una edificación hermosa, pero uno no puede negar que en sus alrededores se respira un aire siniestro.
La mansión fue construida muchos años atrás, a finales del siglo XIX. Como es de suponerse, pertenecía a una familia rica y poderosa.
Después de varias décadas la propiedad quedó en manos de una mujer llamada Zylphia Lenora Maxine.
Zylphia decidió convertir la enorme mansión en un internado para señoritas, que al principio tuvo muy buenos resultados y poco a poco fue ganando fama.
En sus tiempos de esplendor, el Instituto Zylphia Maxine era considerado como uno de los mejores centros educativos del país, hasta que después de casi 30 años de trayectoria, cerró sus puertas aparentemente sin razón.
Después de que el internado cerrara, comenzaron a correr muchos rumores. Muchos vecinos juraban escuchar gritos por la noche, provenientes de la mansión supuestamente vacía.
Por ende, todos comenzaron a declarar que el lugar estaba embrujado.
Hoy día, después de 20 largos años, El Instituto se ha puesto en marcha nuevamente, ésta vez como un internado mixto. El nuevo propietario dice ser descendiente de la fundadora de la institución...
Hay muchos cabos sueltos, pero aún así, el nombre Zylphia Maxine sigue teniendo cierto impacto en cuanto a nivel educativo se refiere...