Eian se levanto y fue en busca de algo que comer, por lo cual se dirigió al comedor ya que también era un poco tarde.
Esperaba encontrar a alguien en el comedor ya que por lo regular a esas horas era la hora de cenar.
Entro en el comedor y sus esperanzas desaparecieron al ver que el lugar estaba solo. Se acerco a ver si al menos había quien estuviera en lugar atendiendo.
-Hola. ¿Hay alguien ahí?, quisiera algo de comer-dijo buscando ver si alguien salía de algún lugar.
Mientras esperaba miro atentamente la sala, por lo cual lamento no haber bajado con el cuaderno y un lápiz la iluminación parecía casi natural gracias a unos grandiosos ventanales.
-¿Que es lo que desea joven?- dijo una voz de hombre que sonaba rasposa y fuerte.
-ah¡¡¡ buenas tardes señor, solo bajaba a ver que había de comer, lo que pasa es que tengo un poco de hambre.-contesto un poco asustado ya que aquel hombre lo había tomado distraído.
-falta media hora para la cena si gusta esperar no habrá ningún problema- dijo aquel hombre.
-estaré esperando gustoso señor.- contesto amablemente y se fue a sentar lo más cerca de la
puerta, ya que Eian pensó que podía escapar mas fácil si aquel hombre estaba loco o era un asesino.